Thursday, January 31, 2013

¿Qué eres?

"Yo no soy yo.
Soy éste
que va a mi lado sin yo verlo;
que, a veces, voy a ver,
y que, a veces, olvido"
Yo No soy yo -- Juan Ramón Jiménez

¿De qué habla nuestro amigo Juan Ramón?  Parece que no habla de su alma, ni de su cuerpo.  Los dos quedan siempre juntos, y no van a su lado.  No, Ramón se refiere a su poema, la poesía que él creó pero que, sin embargo, llega a ser una creación propia, la obra o, mejor dicho, el hijo de su mente.

¿Pero qué características tiene esta creación?  No tiene cuerpo propio, pero puede comunicarse con cada uno de nosotros como lectores igual.  Puede expresarse dentro de nuestra mente.  Yo no conozco a Juan Ramón, pero sin embargo puedo ser aficionado, aliado y sí, amigo, de su poesía, ¿lo cuál no significa que es una criatura propia y distinta de su creador?

Al fin y al cabo, el poema hace la pregunta de quien somos nosotros también.  Si nunca conozco a Juan Ramón, pero conozco su poesía, entonces para mí él es la poesía, aunque a él no le pareciera así durante su vida.  Y aunque le hubiera conocido, ¿qué realmente habría conocido?  Sus pensamientos y sueños no, ni su corazón.  Habría visto sus hechos y sus palabras.  En fin, él igual sería para mí la poesía.

La pregunta también se hace en tiempos modernos.  Es ésto lo que pregunta la canción "Human" de The Killers.  Y tienen la razón.  Yo les conozco como un grupo musical, productores de música popular.  Y seguramente son mucho más, son personas completas con vida y familia.  Pero si nunca les conozco así, no lo son para mí.  Son bailadores, son música, son un poema.

¿Y qué eres tú?  Te crees una persona, y supongo que lo eres.  Pero para mí eres un lector anónimo, o como mucho un handle de twitter.  Y si solo llego a conocerte así al día de mañana tú ya no estarás, y él que quedará será el yo que metes en 140 caracteres para responder a este blog.  Así que sé bueno y hazlo un buen "yo", porque quedará aquí cuando tú ya no estés. :)

El pajarito no es ningún pajarito.  Es un blog.

Friday, January 25, 2013

"Fue en una hora divina para el género humano.
El cisne antes cantaba sólo para morir.
Cuando se oyó el acento del Cisne wagneriano
fue en medio de una aurora, fue para revivir."
--El cisne, Rubén Darío

El pajarito dice:

¡Qué esperanza, qué afán!  Esta primera estrofa representa el gozo que se ve en todo el poema de "el cisne".  Es el mismo gozo, la misma mirada que se expresa en la música de Wagner, de quien se habla aquí.  Es evidente que Darío entiende bien su lugar al principio de una nueva etapa en la historia del arte, la etapa del modernismo.

El poema expresa un sentimiento que todos anhelamos, aunque no todas las personas tienen la buena fortuna de encontrarlo.  Es el sentimiento de ánimo que uno siente cuando presiente algo maravilloso en el porvenir, algo que lo cambiará todo.  Es el sentimiento de que el pasado tal vez no estuvo mal, y el presente está bien, pero el futuro... de que no hay límite al cielo.  

Entre tantos que han expresado un sentimiento así, mi mente más se acerca a Tolkien, de hecho, y "El Señor de los Anillos".  Ya sé, que parecen libros de fines, y que se habla mucho del último tal y final cual.  Y Tolkien lo hace a propósito... refleja el sentimiento común de la Inglaterra de su época.  Pero fijaos bien en como lo termina todo.  ¿El mundo se acabó?  No.  ¿Ganó Sauron?  No, sino que Aragorn está coronado como rey y la época de los hombres empezó -- la época que en la cronología de Tolkien en que vivimos nosotros.

Y aunque la esperanza no se encuentra hasta los momentos finales, es este mismo mensaje de "El cisne" que Tolkien quiere compartir con sus paisanos durante y después que la segunda guerra mundial.  Les anima, les consuela, les recuerda de que están por empezar una nueva etapa, y que lo que viene será mejor que lo que pasó.  Es la canción de un cisne -- pero un cisne naciente, un cisne que está al punto de tender las alas y por primera vez descubrir los misterios y maravillas del aire.

Tuesday, January 15, 2013

La cultura ha muerto, ¡viva la cultura!


"Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar,
y otra vez con el ala a sus cristales,
jugando llamarán;

pero aquellas que el vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha a contemplar;
aquellas que aprendieron nuestros nombres,
ésas... ¡no volverán!"
Rima LIII, Gustavo Adolfo Béquer
El pajarito dice:

Así empieza un poema del famoso Bécquer.  Esa rima trata de la naturaleza pasajera y transitoria de tantas cosas en esta vida, empezando por los mismos pajaritos de los que soy uno más. :P  Por supuesto, su tesis no se limita a los pajaritos, sino que llega a abarcar todo lo que valoramos en esta vida, incluso el amor.

Parece que la poesía como cualquier forma de arte va cambiando con los años y siglos, pero me fascina la forma en que igual mantiene una conexión con sus raíces -- una conexión que a veces se ve muy claramente.   Os presento la canción "Jueves" del grupo reconocido español "La Oreja de Van Gogh", que se escuchaba por todos lados cuando empecé la misión. Es una canción de este siglo, y aunque por los hechos que trata es hiper-moderno, por su tema fundamental y los sentimientos que nos provoca bien podría haber sido escrito por Béquer mismo.


Al principio parece una canción romántica y hasta un poco tonto, de una chica que se enamora perdidamente de un chico del metro.  Pero es mucho más.  Entre la letra, se escucha la línea clave: por fin los amantes se presentan "este 11 de marzo".  Como cualquier español te podría decir, era en esta fecha del año de 2004 que hubieron los terribles ataques terroristas del metro de Madrid, en los que casi 200 personas fallecieron.  La cantante que pasó tanto tiempo angustiada por no realizar su amor nunca pudo disfrutar de haberse presentado al chico de sus sueños.

¿No es esta tragedia la misma que nos presenta Béquer de forma poética?  Que realmente todo es pasajero... que "el mundo sigue dando vueltas" no es un mensaje de esperanza para los muchos que quedarán atrás con cada vuelta. Un número que, al final, incluirá a cada uno de nosotros.  Como las oscuras golondrinas de Béquer, como la gente del Madrid de 2004, los días, los amores y las vidas seguirán pasando, pero... nunca será igual.

-El Pajarito

Wednesday, January 9, 2013

¿Quién soy?

El pajarito dice:

Nací en 1991, y ¡cómo han pasado los años! Según la historia aún existía la Unión Soviética cuando vine al mundo, aunque no me acuerdo nada de eso y mi familia ya lleva varias generaciones en los EEUU. Desde que era muy joven, siempre me ha interesado la tecnología, más especialmente los ordenadores. Mi padre era programador, y pienso que es gracias a su influencia que empecé a desarrollar mis aptitudes electrónicas.

Unos de mis recuerdos más antiguos tienen que ver con este tema. Me acuerdo de una ocasión, habré tenido unos cuatro o cinco años, cuando tenía tantas ganas de saber de qué se componía un juguete que recibí en McDonald’s, que recogí la sierra de mi padre y fui a abrirlo. Al final conseguí abrirlo, pero también me corté y recibí mi primera cicatriz cuando agarré mal el juguete. Pero no me molesta, sino que lo veo como un honor que conseguí mientras perseguía mi sueño.

En el instituto continué por el mismo camino. Me sumé al equipo de construir robots que había, y dentro de dos años llegué a ser capitán del equipo, que llegó a ser uno de los más competitivos en mi estado natal de Washington. Jamás me olvidaré del momento cuando ganamos el concurso regional en Portland, que nos calificó para el campeonato mundial en Atlanta. Era un momento de mucho orgullo.

El pueblo de Barcelona tiene que arrepentirse pero ya!
Y dónde entra el español en todo esto?  Con mi misión, por supuesto.  Serví como misionero en el país más hermoso del mundo, Cataluña (bueno, ojalá que así fuera... realmente es la Comunidad Autónoma de Cataluña, España).  Estos dos años benditos sirvieron para acercarme al Señor mucho y efectuar su obra con ánimo.  Por añadidura vino mi amor hacia la lengua española y la habilidad, por la pequeña que sea, que tengo ahora de comunicarme con ella.

Ya me conoceréis mejor. :)
El pajarito