Thursday, April 11, 2013

Este blog... ¡No volverá! :(

Volverán las ososcuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar,
y otra vez con el ala a sus tristales,
jugando llamarán

pero aquellas que el vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha a contemplar;
aquellas que aprendieron nuestros nombres,
ésas... ¡no volverán!

--Rima LIII, Gustavo Adolfo Bécquer

Escoger un solo tema de tantas obras que hemos tratado en este semestre no es nada fácil.  Pero me destaca la Rima LIII de Bécquer porque me llega de dos formas: por la lógica y también la emoción.

El mismo barco?
Empezando por lo sencillo, la poesía toca un tema de la filosofía que siempre me ha interesado mucho.  Se conoce como la paradoja del barco de Teseo.  Adelante la siguiente pregunta: si suponemos que se reemplazan todas las piezas de un objecto con piezas completamente distintas y nuevas ¿sigue como el mismo objeto o no?  Por ejemplo, la gran mayoría de las células de un ser humano se reemplazan dentro de una plaza de 7 años.  De aquí a 7 años, ¿vamos a seguir como los mismos seres o no?  Las golondrinas volverán como siempre, ¿pero serán iguales o no?  Bécquer dice que no.

Sería una poesía muy triste que no impactara de alguna forma el corazón, y es allí que más me llega esta de Bécquer.  ¿Quién no ha sentido en algún momento esta... se podría llamar nostalgia de antemano, esta voz que te dice «por aquí no volverás a pasar, aunque ande la misma senda cada día de tu vida»?  La misma voz que susurró suavemente a Machado «Caminante, no hay camino».  Bécquer conocía este sentimiento.

Yo también lo conozco.  Ya son 4 años en seguidas que mi madre se pone a llorar cuando sacamos las fotos de la familia porque iba a ser «¡El último año que vamos a estar todos juntos!» :P  Ya hablando en serio, me acuerdo de las últimas semanas de mi misión, pasando por las calles de mi querida Barcelona con el conocimiento seguro de que, aunque volviera a vivir allí el resto de mis días, nunca podría volver a captar este momento.

Las golondrinas, madreselvas y sí, el amor, siempre van a estar.  Somos nosotros que cambiamos de un día para el otro.  Somos nosotros los que hacemos que nunca más podremos pasar por el mismo camino.  Así tiene que ser, pero no lo hace más fácil.

No comments:

Post a Comment